24 feb 2014

Acostumbrar los perros al coche

 
Perros en el interior de los coches
Perros en el interior de los coches
Una de las cosas que tienen que tener todos los perros claro es que a los coches hay que respetarlos, así cuanto antes les enseñemos mejor, porque los coches formarán parte de su día a día, tanto en cuanto se refiere al tráfico rodado, como a la hora de tener que subirse al interior del vehículo. El perro no debe suponer un problema cuando decidimos hacer un viaje y que nos acompañe nuestro perro. Si el perro se encuentra incómodo, le da miedo o cualquier otra circunstancia que haga que se muestre inquieto o ladre, el viaje se puede volver muy incómodo e incluso peligroso.

Los perros no deberían estar en el garaje en ninguna ocasión por los peligros que implica para ellos. En el interior del garaje hay productos tóxicos para el animal que pueden llegar a ingerir y además corre un peligro real de llegar a ser atropellado por nosotros mismos cuando movamos el coche, si no nos damos cuenta que el animal se encuentra durmiendo por ejemplo bajo el coche

Además el perro de tener que estar convenientemente sujeto para que no ande pasando de asiento en asiento con el peligro que ello implica en caso de frenazo brusco o accidente, el perro  no deberá ir ladrando, ni metiendo ruidos que dificulten nuestra conducción. Para ir resolviendo este problema cuanto antes, deberemos coger nuestro perro cuando es cachorro y hacer algún viaje con el animal dentro del coche para que se vaya acostumbrando al vehículo. Para ello deberá ir el animal convenientemente atado y acompañado por alguien que lo controle.

La forma ideal de que el perro suba al coche es cuando nosotros se lo ordenemos. Para ello cojamos al animal atado con una correa  y nos dirigiremos dirección a nuestro coche donde previamente habrá subido un familiar en la parte trasera del vehículo, al que el perro reconozca como dueño o parte de la familia. Cuando lleguemos al coche con la puerta abierta, evitaremos que el animal suba inmediatamente, cosa que seguramente quiera hacer al ver al familiar dentro. Consigamos que aguante fuera quieto hasta que mediante una orden se lo ordenemos. Una vez dentro lo sentaremos en el suelo y una vez que esté quieto comenzaremos la marcha de forma tranquila para que el animal se acostumbre poco a poco al coche.

Para bajar del coche, tendremos especial cuidado por lo que pudiera haber o venir por la vía pública. Para ello el animal deberá esperar que se lo ordenemos. Una forma sencilla de conseguir que el animal se acostumbre es por ejemplo abrir la puerta trasera donde se encuentra el animal y una vez abierta, el perro deberá esperar a que le ordenemos salir, impidiéndoselo si quisiera hacerlo por propia iniciativa. Cuando dispongamos de la correa, le ordenaremos salir mediante una orden. Daremos una vuelta y repetiremos la acción hasta que el perro se acostumbre.


En cuanto se refiere a los ladridos en el interior del vehículo, si no queremos sufrir que cada vez que alguien se acerque al coche el perro comience a ladrar como si alguien intentara invadirle su espacio y el de su “manada” deberemos acostumbrar al animal a evitar esos molestos ladridos.

Algo que podremos hacer para evitar que el perro ladre cuando alguien se acerque por ejemplo es volver a casa cada vez que comience a ladrar el animal. Una vez repetida la acción varias veces, ser dará cuenta que si ladra será expulsado del vehículo que considera como espacio propio. Otra opción es que cuando el perro comience a ladrar es hacerlo bajar el vehículo y que la persona a la que ladraba suba, apto seguido haremos subir al perro que lo aceptará como ha visto que lo hemos aceptado nosotros.




No hay comentarios:

Publicar un comentario